En una planta baja en el barrio de Gràcia con fachada a la calle, encontramos un pequeño local con encanto y patio interior donde decidimos establecer nuestra oficina. Si bien es cierto que se encontraba en un estado casi original con patologías por humedad y por donde discurrían a la vista todas las instalaciones de fontanería del edificio, iniciamos la reforma.

La idea era generar un espacio diáfano con ventilación cruzada, optimizando al máximo la entrada de luz natural, tanto desde la fachada como desde el patio interior. Aprovechando la propia geometría irregular y el pequeño desnivel del acceso, se da forma a los distintos ambientes: espacio de reunión, zona de trabajo, área de impresión y encuadernación, y un pequeño office en la parte trasera.Els espais situats al centre del despatx eren els més foscos, per això vam crear una tarja de vidre en la separació de l’office per permetre l’entrada de llum des del pati.

Todas las instalaciones que colgaban del techo se ocultaron bajo un falso techo de placa de yeso laminado, sin llegar a tapar gran parte de las vigas de madera, manteniendo así el carácter histórico del local. El patio abierto a interior de manzana se conservó con las dos vigas que debieron haber soportado una cubierta antiguamente, lo limpiamos, reparamos las paredes y se diseñó una serie de jardineras con banco integrado, creando un espacio agradable y recogido donde poder desconectar y disfrutar de la tranquilidad del barrio de Gràcia.