En el barrio de Gràcia encontramos a menudo pisos muy antiguos que a lo largo de los años se han ido deteriorando, y este proyecto es uno de ellos. La primera vez que entramos en el piso nos impactó mucho el estado en el que se encontraba: tabiques a medio caer, puertas rotas, algunas paredes quemadas y sin cristales en las ventanas. A nivel estructural, enseguida detectamos graves problemas en los cabezales de las vigas del techo y del forjado, por lo que la actuación no fue únicamente de reforma interior sino que tuvimos que ejecutar un nuevo forjado y reforzar las vigas existentes.

La vivienda reformada se compone de una cocina con salón-comedor, un baño, un dormitorio y un pequeño vestidor. En cuanto a la distribución planteada, al tratarse de un piso con aperturas únicamente hacia un patio interior de manzana, se decidió crear un espacio tipo loft donde la cocina actúa como el núcleo central que distribuye los diferentes espacios alrededor de la isla.

Como elemento representativo del piso, se restauraron las vigas existentes a las cuales se les aplicó un tratamiento para la madera, se decaparon, pulieron y barnizaron.