La vivienda objeto de esta reforma integral se encuentra situada en el ático de una finca construida en el año 1953 en el barrio de Gràcia de Barcelona. La vivienda ocupa toda la planta en forma de «I» rodeando el núcleo vertical de la finca, compuesta por dos pasillos estrechos a banda y banda que conectan las dos alas de la vivienda.

La casa estaba bien mantenida, pero presentaba algún problema estructural debido a vigas de hormigón aluminoso (o aluminosis) que se tuvieron que reforzar con unos perfiles metálicos por la parte inferior. Los pilares circulares que sujetaban las vigas se mantuvieron y se dejaron vistos, dotando al espacio estar-comedor-cocina de un detalle estructural que ayuda a ordenar (o estructurar) los diferentes espacios, sin necesidad de compartimentarlos.

En cuanto a distribución, se reubicaron las piezas principales de la vivienda, sala de estar, comedor y cocina, a la buena orientación sur-oeste y salida a la terraza, mientras que las habitaciones se situaron al otro lado del piso, con orientación este. Se ubicaron con ventanas a patio de manzana y sin dar a la calle para mayor tranquilidad y silencio por las noches.

La materialidad del proyecto se basa principalmente en pavimento porcelánico en la zona de día y parquet en la zona de noche para aportar mayor calidez a los dormitorios. Baños alicatados con la misma tonalidad gris claro que el pavimento de la sala de estar, para armonizar los acabados en toda la vivienda. Las puertas y paredes en blanco, a excepción de algunos paramentos que se pintaron de otros tonos para dar un toque de personalidad al piso, siempre a gusto de los clientes.

En cuanto a las instalaciones de la vivienda, se sustituyeron los radiadores existentes por un sistema de 2 fancoils (zona de día y zona de noche) con conductos para aire frío y calor. Cabe destacar que se realizaron los retornos en todas las estancias para un mejor funcionamiento del sistema y mucho más sostenible.